Carlos M.

Diciembre de 2011. Entro a probar mi primera clase en CrossFit Tracius animado por mi hermano Fran y mi cuñada Lu, ya que debido a una importante lesión en mis lumbares sabía que necesitaba hacer deporte y no encontraba ni el momento ni la excusa perfecta. Fue en CrossFit Tracius dónde me presentaron a Fran, Sara y Víctor, les hablé de mi lesión y desde el primer ejercicio supe que estaba en buenas manos, ellos vigilan mi técnica a cada movimiento mientras yo intento dar mi 110% en cada WOD es una especie de “pacto”. Eso sí, siempre adaptando cada ejercicio tanto en peso como en grado de movilidad del mismo debido a mis limitaciones, que cada día remiten un poquito más.

Todavía recuerdo las clases de iniciación (Foundation Course), los dolores de espalda eran insufribles muchas veces, pero según pasan los días me doy cuenta de que es algo que estaba más en mi cabeza que en mi cuerpo. Gracias a los trainers y al ir esforzándome un poco mas día a día, los dolores han ido remitiendo hasta tal punto que salvo días puntuales de mucho esfuerzo, puedo decir que mi espalda agradece, mejor dicho necesita entrenar en este box, con estos trainers que no me dan ni un segundo de respiro, con muchas ganas de aprender y mejorar cada día y con unos compañeros de entreno que son mi segunda familia.

Haciendo memoria me viene a la cabeza una conversación mantenida en los vestuarios con los compañeros de entrenamiento al poco de empezar en Tracius, los cuales me decían que pasados un par de meses los resultados eran impresionantes… y tenían razón, pasé de no levantar más de 60 kg en peso muerto las primeras semanas y tras 2 meses y medio estaba haciendo ese mismo ejercicio con 100kg (y siempre bajo la supervisión de la técnica por parte de los entrenadores), podría mencionar otras muchas mejorías, pero con esta creo que es suficiente.

Lo mejor de cada día de entreno es saber que ese día pisaré el box para mejorar, estar mejor físicamente y sobre todo divertirme como nunca me había divertido haciendo deporte. Quiero dar las gracias a todos y en especial a mi hermano Fran y a mi cuñada Lucía… ¡Por qué no os habré hecho caso antes!

Personalmente puedo decir que a mí el CrossFit me ha cambiado mi forma de ver la vida y afrontar mí día a día y sé a ciencia cierta que no quiero dejar nunca de entrenar con esta gente.